Toda madre, tarde o temprano, tiene que lidiar con golpes que se dan los peques... A veces golpes que pasan casi desapercibidos y otros que no tanto... Golpes con la bici, aprendiendo a caminar, con el patinete, haciendo el loco...
Este verano no iba a ser menos en cuestión de golpes, chichones, morados y demás... No sé si en vuestras casas es común que hayan pequeños accidentes y "cahiporrazos" jugando en la habitación, sala de juegos, jardín, parque y un largo etc de lugares...
En la mía es algo habitual, llámese patosidad - más del mayor que de la pequeña -, llámese ser unos brutotes... El tema es que algún percance siempre hay...
Por eso, ya me estaba preparando para mi surtido de sticks homeopáticos cuando
Boiron llamó a mi puerta. Me descubrían el
Gel de Árnica, cambiando el roll on por el tubito de gel.
Sólo os diré que parece uno más de la familia, siempre con nosotros.