Hoy os voy a hablar de un juego que regalaron a mi hijo para su cumpleaños.
No es un juego de estos denominados " de inteligencia ", ni de estar pensando, ni hacer estrategias, simplemente es un juego en el que hay que tener pericia para poder quitarle los huesos a un perro dormido sin que se entere porque sino se enfada y te quiere morder.
Este juego se llama Roco Croco y aunque en un principio, cuando Pau comentó que lo quería, no me hizo mucha gracia por el tema de que el perro se enfada y quiere morder, al final, reflexionando, no me pareció tan mal.
En vez de tomarme el juego como algo que pudiera influenciar para mal a los niños haciéndoles coger miedo a los perros, lo llevamos al camino de que a los perros hay que respetarlos y cuidarlos, dejarlos dormir y sobretodo, respetar su comida, porque para eso es suya.