Llevar pendientes es algo que entre semana no suelo hacer a no ser que tenga una reunión, cualquier cita con médicos, amigas, etc pero por un tema de que voy corriendo a todas partes ( básicamente a los coles ) y nunca me acuerdo de ponérmelos.
El fin de semana, ya con la calma, sí que lo hago y si salimos o nos vamos de vacaciones, entonces sí, segurísimo.
Me gustan largos, cortos, con perlas, con brillantitos, me da igual, mientras sean bonitos y queden bien con la ropa y sean apropiados para la ocasión...
Así que este verano diferente, como nos íbamos de vacaciones a Ibiza, se me ocurrió que para esta isla tan llena de contrastes de color, de magia y de belleza floral, tenía que llevar unos pendientes espectaculares, que se mezclaran con el ambiente y que pudiera ponérmelos tanto para salir a una cala a disfrutar de una puesta de sol, como irme a tomar algo a las zonas más conocidas como para una cena de lujo en el hotel.
Así que le pedí a mi tocaya de Aflamencados que me hiciera unos para la ocasión... Y vaya que si los hizo! Y los clavó!