La fauna y flora de los Everglades: un mundo salvaje en el corazón de Florida

 Cuando pensamos en Florida, lo primero que se nos viene a la mente suelen ser playas, parques temáticos y palmeras. Pero en el  estado se encuentra un ecosistema único en el mundo: los Everglades.

Un enorme humedal que se extiende por miles de kilómetros y que alberga una de las biodiversidades más impresionantes de Norteamérica.

Explorar los Everglades no es solo una excursión, sino una auténtica aventura natural. Aquí la vida brota en cada rincón, tanto sobre el agua como bajo ella.


Visitar los Everglades: naturaleza salvaje a un paso de la civilización

 Si hay un lugar en Estados Unidos que demuestra la fuerza de la naturaleza, ese es el Parque Nacional de los Everglades, en el sur de Florida. Un ecosistema único, lleno de vida, donde el agua y los manglares forman un paisaje que parece sacado de otro mundo.

Aunque mucha gente asocia los Everglades con Miami, lo cierto es que este inmenso humedal se extiende por gran parte del sur de Florida… ¡ y se puede visitar también desde otras zonas del estado ! 

 Qué son los Everglades

Los Everglades son una vasta red de ríos lentos, marismas, manglares y praderas inundadas que forman un ecosistema único en el planeta.
Este parque es el hogar de especies tan emblemáticas como los alligators (caimanes), las garzas blancas, los pelícanos, los manatíes e incluso el escurridizo puma de Florida.



Visitar Combarro: el pueblo más pintoresco de las Rías Baixas

 


Si hay un rincón de Galicia que parece sacado de una postal, ese es Combarro. Situado a solo unos minutos de Pontevedra, este pequeño pueblo marinero es famoso por sus hórreos frente al mar, sus calles empedradas y su encanto tradicional. Perfecto para una escapada tranquila o una parada en ruta por las Rías Baixas.

 Un paseo por el casco antiguo

El casco histórico de Combarro es una joya. Calles estrechas, casas de piedra con balcones de madera y flores, y el sonido del mar de fondo. Lo mejor es recorrerlo sin mapa, perdiéndose entre sus callejuelas mientras descubres tiendas de artesanía y tabernas típicas.

10 cosas que no te puedes perder al visitar Pontevedra

 Si buscas una ciudad gallega con encanto, historia y ambiente familiar, Pontevedra te va a enamorar. Peatonal, acogedora y llena de vida, es de esas ciudades donde apetece perderse por sus calles. Aquí te dejo 10 cosas que no puedes perderte si decides visitarla.

1️⃣ Pasear por el casco histórico

El centro antiguo de Pontevedra es uno de los mejor conservados de Galicia. Sus plazas empedradas, soportales y edificios de piedra crean una atmósfera única. No te pierdas la Praza da Leña, la Praza da Verdura y la Praza de Méndez Núñez, llenas de terrazas y ambiente local.


10 cosas que no te puedes perder al visitar Vigo

 Vigo, la mayor ciudad de Galicia, combina mar, montaña, historia y una energía especial que engancha. Es moderna, vibrante y al mismo tiempo conserva rincones con mucho encanto. Si estás planeando visitarla, aquí tienes 10 cosas que no te puedes perder para disfrutarla al máximo. 

1️⃣ Pasear por el Casco Vello

El corazón antiguo de la ciudad está lleno de vida. Calles empedradas, plazas con terrazas y locales donde saborear la esencia viguesa. No dejes de pasar por la Plaza de la Constitución y la Calle Real.

2️⃣ Subir al Monte do Castro

Desde este parque se obtienen las mejores vistas panorámicas de Vigo y su ría. Además, hay restos arqueológicos, zonas verdes y áreas infantiles: perfecto para una visita en familia.

Qué ver en Senlis en una mañana: encanto medieval a un paso de París

 


A solo 40 kilómetros de París, Senlis es una pequeña joya medieval que parece sacada de un cuento. Perfecta para una escapada de medio día o una parada de camino al Parque Astérix o si estás haciendo un roadtrip por la zona; esta ciudad francesa combina historia, calles empedradas y un ambiente tranquilo ideal para pasear en familia.

Un paseo por su casco histórico

El casco antiguo de Senlis se recorre fácilmente a pie. Sus calles empedradas están llenas de casitas de piedra, tiendas con encanto y rincones fotogénicos. Lo mejor es dejarse llevar sin rumbo fijo: cada esquina parece una postal.

No te pierdas la Rue du Châtel, una de las más bonitas del centro, y la Place Henri IV, donde suelen instalarse mercadillos locales los fines de semana.