Es una pequeña capillita de nave cuadrada a la que se accede subiendo unos escalones empedrados y que lleva a una plaza porticada que antecede a la capilla y desde la que hay un mirador desde donde se puede ver la " campiña tarragonina " y el mar.
Tiene una parte excavada en la roca y un campanar en los pies. La imagen de la Virgen que le da nombre a la ermita está situada justo tras el altar.
Durante la construcción, se encontraron restos de cerámica íbera.
Justo al lado de la ermita, en la misma plaza porticada, encontraréis un pequeño pasillito que sube la colina un poco más mediante unas escaleras talladas en la piedra; si las seguís, llegaréis a una pequeña capillita dedicada a San Ramón.
Os llamará la atención su color tan blanco, pintada así expresamente para que sirviera de guía a los marineros.