El gato y la llegada del bebé a casa ( TIPS )

 La llegada de un bebé a casa siempre es algo excelente, una gran noticia, al menos para la familia pero quizá para nuestros animales sea algo desconcertante porque es un cambio que si ya en nosotros puede producir algo de estrés, imaginad para ellos, sobre todo para nuestros gatos, que suelen ser muy " de rutinas". 

Nosotros, aunque suframos cambios en el sueño, etc, siempre veremos la llegada de nuestro hijo como algo especial pero para los gatos es algo inesperado, algo que no conoce y puede pensar que es algo raro y sentirse miedoso, amenazado por la novedad. 
Porqué? Pues porque los gatos son animales muy peculiares en el ámbito social... En la calle, suelen ser solitarios y ariscos pero en casa son todo lo contrario ( normalmente, siempre hay excepciones en los dos casos ) pero hay algo que no cambia, tanto fuera como dentro, son independientes y territoriales. 

En casa, está acostumbrado a su territorio y a sus compañeros " con quienes LO comparte " y un cambio en esto puede estresarlo, sobre todo la llegada de un bebé, que no sólo agrega " otro compi" sino cambios en la casa como las rutinas, cambios de muebles, etc. 


Es imposible evitar todos estos cambios y no por ello tenemos que sacar al gato de casa sino que podemos hacer que nuestro querido felino se vaya acomodando a éstos poquito a poco y si es posible, hacerle partícipe de ellos ( si estamos montando y vienen a acompañarnos, a oler... ).
La idea de que llegue un bebé y que el gato se tenga que ir de casa es una idea antigua y que no tiene ni pies ni cabeza. 


* No hay porqué ponerse nerviosos. Si el gato nos percibe nerviosos, él también lo estará. Los primeros que tenemos que estar tranquilos y relajados somos nosotros. 


* Realizaremos los cambios de forma progresiva, no todos de golpe y a poder ser, unas semanas antes de que el bebé llegue a casa. 


* Intentaremos no cambiar de lugar todo aquello que tenga que ver con el bienestar de nuestro gato como por ejemplo su lugar de juego, de descanso, de comer y beber, la bandeja de arena... 
Es más, incluso podríamos mejorarlo comprándole algún juguete nuevo, jugar un poquito más con él...


* Podemos colocar feromonas sintéticas ( Feliway ) con un difusor eléctrico. Estas feromonas que se van esparciendo por el ambiente lo que hacen es reducir el estrés y la ansiedad del gatete. Está recomendado para cualquier situación que pueda generarles estrés y la llegada de un peque a casa puede, al principio, generarle un poco. Poner el difusor unos días antes sería genial. 
No huele a nada para los humanos y no nos provoca ningún efecto. 


* Mientras el bebé esté en la clínica tras su nacimiento, podemos llevar a casa una toalla o alguna prenda que se le haya puesto ( no hace falta que sea un pañal sucio ) ya que tendrá impregnado el olor del bebé. 
Se la haremos oler al gato - sin obligarle - y mientras lo haga, le daremos premios; esto hará que el gato asocie el olor a cosas agradables. 


* Cuando el bebé llegue a casa, debemos darle total independencia al gato; es decir, si el gato quiere investigar al bebé, le dejaremos que lo haga pero si no le hace caso, tampoco pasa nada, le acariciaremos como siempre, le hablaremos amablemente y ya está, ya se le acercará pero nunca le obliguéis... Acabará o por acercarse y ser su mejor amigo o a pasar de él,pero es cosa del gato. 


* Cuando el bebé tenga más protagonismo porque por ejemplo estamos cambiándolo, bañándolo, dándole de comer y nuestro gato nos ronda y demanda atención y no podemos porque " estamos con las manos en la masa", no lo apartéis sino que dadle  algo que le entretenga, sabrá que no podéis estar por él pero que no os molesta y que no es por su culpa. 


* Nunca dejéis al bebé solo con el gato. No porque el gato se lo vaya a comer sino porque quizá al gato le gusta mucho estar con el bebé y dormir con él pero claro, se puede acurrucar contra él y sin querer, ponérsele encima de la cara y cortarle la respiración... Que no tiene porqué pasar... Aquí en casa hemos tenido dos bebés y nunca pasó pero sí que los gatos querían dormir con ellos y eso había que controlarlo por tema de " posiciones". 


* Educar a los peques desde bien peques, valga la redundancia, es esencial cuando se convive con uno o varios gatos. 
Cuando empiezan a gatear, los bebés buscan a nuestras mascotas, porque les entra curiosidad por aquello que se mueve, hace ruidos, se le acerca e incluso le da calorcito ( si duermen con ellos ). 
Hay que enseñarles desde bien pronto que son animales, que tienen dolor y que no son juguetes y que no se estira de la cola, de las orejas, del pelo ni de otras partes... Aunque cuesta un poco que lo entiendan, os aseguro que acaban por hacerlo. 

Y esto es todo amigos!!! La llegada de un bebé a una casa con gatos, nunca tiene que suponer un problema! 



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