El club de los optimistas

 Hoy os traigo un libro precioso que me he leído este verano en formato digital y que es un soplo de aire fresco para personas que están enfermas y también, al menos a mí me ha servido, para sus familiares. 

Se trata de El club de los optimistas, de Gavin's Clemente - Ruiz y que he podido leer gracias a Penguin Random House. 

Quizá me ha tocado más la fibra sensible pro el tema de la enfermedad de mi padre pero me ha parecido un libro lleno de vitalidad, de amor, de entender a los demás cuando están pasando por un muy mal momento de salud... De compañerismo... Un libro que creo debería leer no sólo todo aquel que sea diagnosticado de una enfermedad sino los que le rodean. 

Ideal para entenderse los unos a los otros, sus sentimientos y actitudes en esos momentos duros que la vida nos pone delante. 

No os quiero contar el argumento, pero os pondré en situación: sala de tratamiento de quimioterapia, personajes de diferentes edades, sexos, etc que tienen una cosa en común, el cáncer. 

En esta sala, se conocerán y poquito a poco irán acercándose los unos a los otros hasta que Bea, la más vital de todos y con más ganas de vivir que nadie, creará en " Club de los Optimistas " que no será otra cosa que un grupo en el que intentarán pasar por esta dura situación lo mejor posible, abriéndose entre ellos y contando sus miedos, sus secretos y entre ellos se ayudarán dándose consejos, escuchando, hablando y sobretodo, haciendo cosas nuevas, teniendo iniciativas que les hagan más llevadero este bache que tienen que pasar. 

No os penséis que el libro es triste, no... Tiene sus momentos, por supuesto, pero está lleno también de cosas divertidas y es una ayuda para los que están en ese duro momento de la vida y para los que los acompañamos. 

Os animo a que lo leáis y si tenéis alguien en esta situación, seguro que le va bien para animarse y ver que la vida hay que tomarla como venga y no dejarse vencer por nada y para vosotros mismos, pues os da otra visión de lo que se siente cuando lo estás pasando. 

Porque en la vida, siempre hay que tener una pizca de optimismo.