Comer en Viena es muy fácil ya que la cantidad de opciones que hay es casi ilimitada así que es muy difícil que alguien que sea algo " delicado " para comer, tenga problemas para ello.
Si vamos en época navideña, aún es más fácil si cabe ya que por toda la ciudad hay mercadillos navideños en lo que poder comer desde dulces típicos hasta bocadillos, pasando por goulash dentro de panes hasta pretzels de distintos tamaños y sabores y acompañándolo todo con una buena cerveza austríaca o con alguno de sus ponches y vinos calientes.
Quesos, galletas y embutidos también podréis picotear en este tipo de mercadillos.