Viajar, visitar, ver animales, amarlos... A veces, hay destinos en los que todos estos conceptos van de la mano y , nos gustan tanto los animales que no nos damos cuenta de que hay gente que se aprovecha de ello y nos venden fantásticas experiencias que en realidad puede que sí lo sean para nosotros pero que, sin embargo, sean todo un martirio para ellos...
Nosotros, hemos pecado en hacer alguna de estas actividades, porque no sabíamos que los animales sufrían, tontos de nosotros, ingenuos quizá, pensábamos que estaban muy bien cuidados... Y ahora, hemos dejado de hacerlas y si hacemos alguna actividad que esté relacionada con ellos, nos informamos MUY MUCHO para saber que no les estamos haciendo ningún mal... Y que con nuestra pequeña contribución, podemos ayudar a que vuelvan a su hábitat.
Visitamos zonas protegidas, zonas en los que están en libertad, centros de recuperación y reintroducción de fauna salvaje... Pero nada que tenga que ver con explotarlos para fines comerciales, eso se acabó.