Un paseo por sus calles empedradas
Nada más llegar, te sientes transportado a otra época. Las casas de piedra con balcones de madera, las calles estrechas y el ambiente tranquilo hacen que cada rincón sea una postal. No puedes perderte la Plaza Mayor, corazón del pueblo, y su iglesia de Santa María del Azogue, joya del románico.
El imponente Castillo de los Condes de Benavente
En lo alto del pueblo se alza su castillo, perfectamente conservado y visitable. Desde su torre del homenaje se tienen unas vistas espectaculares del valle y del río Tera. Ideal para que los peques disfruten explorando mientras los mayores imaginamos historias de caballeros.
Naturaleza a un paso: Lago de Sanabria
A solo unos minutos en coche se encuentra el Parque Natural del Lago de Sanabria, el mayor lago de origen glaciar de la península ibérica. Perfecto para hacer senderismo, bañarse en verano o simplemente disfrutar de un picnic en familia.
Gastronomía que conquista
La visita no estaría completa sin probar su gastronomía. Caldos sanabreses, carnes a la brasa y postres caseros son imprescindibles. Nosotros quedamos encantados con el trato cercano y la calidad en los restaurantes del pueblo.
Consejos prácticos
Aparcar en las zonas habilitadas antes de entrar al casco histórico (las calles son estrechas).
Llevar calzado cómodo para las cuestas y empedrados.
Si vais en verano, reservar alojamiento con antelación: es un destino muy demandadopor lo que pudimos ver.
La Puebla de Sanabria es uno de esos lugares que dejan huella. Historia, naturaleza y gastronomía se unen en un destino perfecto para familias viajeras. Sin duda, volveremos.
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