Mi Bulma querida


Estos días están siendo duros en cuanto a las peludas de la casa se refiere... 
Hace 15 días se fue, de golpe, nuestra querida siamesa Mineta y el viernes 4 de mayo, tuvimos que
dejar volar a nuestra querida perra Bulma pues sus 17 años hicieron mella en ella y un ictus se la llevó. 


Los niños están aprendiendo a pasos agigantados qué es perder a una mascota y sus lágrimas han sido de las más sentidas que les he visto nunca y sé que las echan de menos y que les han marcado para siempre, pero me quedo con que saben recordar tanto a Bulma como a Mineta con una sonrisa. 

Y hoy, quiero hacerle un pequeño homenaje desde aquí a Bulma, mi medio dálmata, media husky, la que soltaba pelo a raudales pero que estuvo con nosotros desde que tenía 6 meses y que ha sido la mejor amiga de 4 patas que hemos podido tener, fiel como ninguna, protectora de toda la familia, locuela en su juventud, cariñosa en su vejez y una madre protectora ( aunque postiza ) de nuestra Basset Hound Mina, que ahora mismo aúlla por los rincones buscándola desesperada. 


Mi Bulma querida, mi niña, mi amiga fiel e incondicional...
Te has llevado mucho de mí, no sabes cuánto... Tu compañía a mis pies mientras estaba en el ordenador ( tú en los pies, Mineta o encima del teclado o en la venta, vaya par de secretarias ) se echa tanto de menos... Me da igual que venga el calor del verano, nunca me molestaba que te pusieras encima mío aunque me sudaran los pies... Eras mi otro yo...

No teníamos que hacer nada más que mirarnos y las dos nos entendíamos, yo sabía qué querías o necesitabas y tú lo mismo de mí... Cuando empezaste a quedarte sorda y ciega, entendía a la perfección tus ladridos... Y no sabes cómo los echo de menos... Sobretodo aquellos que eran para pedir tus galletas preferidas, que a la vejez viruela casi se convirtieron en un vicio... 

Mi Bulma querida, la chimenea de Espui no será la misma sin ti pegadita a ella...


Mi Bulma querida... No te has ido, estás conmigo, en mí y en unos días, tus cenizas reposarán en tu limonero, aquel que te daba sombra y al que escarbabas las raíces...

Mi Bulma querida... Tan sólo me queda decirte de nuevo lo que te susurraba al oído mientras te apagabas... 

GRACIAS, gracias infinitas por haberme dado estos 17 años, por haber cuidado tan bien de la casa, de nosotros, de Mina y de los peques y, sobretodo, GRACIAS por haberme salvado la vida... Fueron 2 veces, tú y yo sabemos el cómo y el porqué y te estaré eternamente agradecida... Pusiste tu vida por delante de la mía... 

TE QUIERO y siempre te voy a querer, porque una perra como tú, sólo se puede llevar en el corazón. 

Much@s personas han  llorado tu muerte, imagina lo especial que eras.

Mi Bubu, mi bebé, mi amor perruno... 



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